Opinión | MACONDO, CAMPO DE GUERRA
«El coronel Aureliano Buendía entendió,
que la vejez, no es más que un pacto honrado con la soledad»
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“Dichoso tú que lo sabes contestó él-. Yo, por mi
parte, apenas ahora me doy cuenta que estoy peleando por orgullo. -Eso es
malo -dijo el coronel Gerineldo Márquez. Al coronel Aureliano Buendía le
divirtió su alarma. «Naturalmente -dijo-. Pero en todo caso, es mejor eso,
que no saber por qué se pelea.» Lo miró a los ojos, y agregó sonriendo: -O
que pelear como tú por algo que no significa nada para nadie –“CIEN AÑOS DE SOLEDAD
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Yo sé que sobre Gabriel García Márquez se ha dicho suficiente. Quiero equivocarme y hablar de las Guerras de Macondo
LAS
GUERRAS Y DESTRUCIÓN DE MACONDO
Resumen
La violencia, las guerras y
la muerte, son entre otros, componentes que le dan realismo a esta creación
mágica del prócer de la literatura colombiana Gabriel García Márquez. Por ello,
este capítulo se manchará de sangre a raíz de la exposición de cada una de las
guerras libradas en Macondo. Este estudio se realizará a partir de las obras
‘Cien años de Soledad’ ‘La hojarasca’ y ‘Los funerales de mamá grande’. Seguido,
se argumentará a base de las guerras lideradas por el Coronel Aureliano Buendía,
la manera en la cual, la prolongación de
los conflictos de una nación sobrellevados por el hambre de poder y el orgullo son
factores que determinan en la descomposición social y ocasionan la destrucción
de los pueblos. Desde los tenues y
efímeros instantes en donde la revolución cantaba victoria, hasta los más
extensos destellos de derrota, este análisis nos abocara al círculo vicioso que
de manera eterna - a término fijo- le dan inicio a un ciclo de violencia en
Macondo. Nos pasearemos desde las más ignotas motivaciones, los alcances,
duración y destrucción de la familia y pueblo más internacional de Colombia - Macondo
y los Buendía.
Palabras
claves: Motivaciones - orígenes, Duración y alcances
Introducción
APOLOGÍA DEL CONFLICTO
APOLOGÍA DEL CONFLICTO
En el marco histórico de la
humanidad, las guerras han asumido
un papel protagónico y antagónico - al tiempo - en diferentes escenarios del mundo, un
simple análisis histórico permite deducir, en
principio, que entre guerra y sociedad existe una correspondencia biunívoca1 que
ha quedado bien establecida a lo largo del tiempo.
Sin embargo, los antecedentes
experimentales califican a los
conflictos internacionales e internos como implicación innecesaria de muerte, violencia y sufrimiento.
Y es que en efecto las guerras han sido utilizadas como medio de para ejercer condiciones imperiales, establecimiento de poder, despojo de
bienes, revoluciones y demás argumentos
La guerra además ha tenido trasfondos
de fenómenos sociales en el que
intervienen correlacionadamente factores económicos, políticos, ideológicos, religiosos,
sentimentales, diplomáticos y entre otras de las multiplicidades de un conflicto.
Pero a pesar del conocimiento que se tiene sobre los costosos y trágicos errores del pasado, seguimos resolviendo muchas de nuestras diferencias con ‘Bala’,
generando ciclos eternos de violencia, violaciones e injusticia en las comunidades,
que a la larga, son las que reciben el golpe crítico de ese círculo vicioso por
la búsqueda de poder.
Las guerras
implican una sacrificio enorme, en vidas y en dinero que podría tranquilamente
destinarse a hacer nuestra existencia algo mucho mejor. Pero sin embargo, hemos
mantenidos guerras en marcha prácticamente durante toda la existencia del
hombre. De hecho, cada avance tecnológico de los que tanto nos enorgullecemos han
sido usados para la guerra. Si bien, el título de esta
introducción aduce una apología, es menester aclarar que lo que se resaltará no
será precisamente el acto violento desaforado, si no que por el contrario se
medirá la incidencia que ha tenido la reconciliación y resolución de grandes
enfrentamientos bélicos en el desarrollo de la humanidad. Sin pretender realizar
un exhaustivo análisis de las causas de la guerra y sin adentrarme en la pugna
divisoria que genera el debate sobre la importancia que tienen las guerras para
el desarrollo tecnológico, económico y social para una nación, nos enfocaremos
ceñido a los registros históricos, en lo
único bueno de la Guerra, la Paz. Pues como ya ha sido demostrado y señalado en
diversos estudios universitarios2 y principales medios de comunicación 3, la prolongación
de la guerra genera un estancamiento social y evita el desarrollo, mientras que
en la reconciliación se encuentran los principios del crecimiento de una
nación.
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1)
Correspondencia biunívoca Esta relación es de tipo
funcional. Se podría establecer, esquemáticamente, del siguiente modo: la
sociedad genera la guerra y ésta, a su vez, conforma los parámetros básicos de
aquélla. (Alberto Piris - General de
Artillería / Diplomado de Estado Mayor, Madrid )
2)
Universidad de Oregon, el origen evolutivo de
la guerra.
Mark Van Vugt, Universidad de Kent, Reino Unido. "La guerra ha
sido parte de la humanidad durante varias decenas o miles de años".
3)
El diario 'The New York
Times' : Tyler Cowen, sostiene que la ausencia de grandes conflictos
internacionales entorpece el crecimiento económico, mientras que la
anticipación de la guerra, en cambio, es capaz de acelerarlo. Según Cowen, el
actual crecimiento a paso de tortuga del PIB mundial se explica precisamente
por la estabilidad, mientras que las tensiones regionales no permiten crear
suficiente marco 'psicológico' para acelerar la recuperación económica después
de la crisis.
Muchos académicos, establecen
que es descabellada la idea de que en la guerra pueda encontrarse alguna clase de
desarrollo para cualquier nación, pero lo que resulta contradictorio, y en
muchos casos no creíble, es lo indirectamente proporcional que
resulta la disolución de una Guerra con el crecimiento económico de una
nación. Puede parecer repugnante tratar de hallar un aspecto positivo en la
guerra, pero un vistazo a la historia de países como EE.UU. por ejemplo, enseña que no podemos
descartar la idea tan fácilmente.
Grandes innovaciones
fundamentales como la energía nuclear, la computadora y el avión moderno fueron
impulsadas por el Gobierno estadounidense, ansioso de derrotar a las potencias
del Eje [nazi] o, más tarde, para ganar la Guerra Fría. Internet fue
inicialmente diseñada para ayudar al país Norte Americano a soportar un intercambio de ataques
nucleares, y Silicon Valley tuvo sus
orígenes en contratos militares y no en las actuales empresas emergentes de
medios sociales. El lanzamiento soviético del Sputnik estimuló el interés de
EE.UU. por la ciencia y la tecnología en beneficio del crecimiento económico
posterior.
De manera que si entendemos
bien lo planteado podría simplificarse en que ni siquiera los conflictos
militares son importantes en este sentido (materia de desarrollo económico)
solo basta una sensación de
inestabilidad y miedo al futuro. De hecho, este miedo de perder todo lo
ahorrado hace que la gente gaste lo más rápidamente posible, y con el tiempo
este fervor consumista desemboca en la actividad empresarial, y,
posteriormente, en crecimiento económico.
En un estudio realizado por
el diario 'The Week4'
encontramos en los archivos de años
pasados un análisis, en donde se demostraba la incidencia de la guerra y
postguerra en materia de crecimiento económico. Al fijarnos
en los datos históricos sobre el crecimiento de la actividad económica y el
crecimiento del PIB5, se observa que las
cifras más fuertes se muestran solo después de 1950, es decir, a partir del
momento en que se registra menor número de muertes en guerras. En este contexto
no debe pasarse por alto el incremento de la productividad laboral, el aumento
del número de habitantes del planeta y una serie de factores que hicieron
posible el incremento económico. Queda claro que el crecimiento del PIB y la
rentabilidad de la inversión aumentaron considerablemente a partir de los años
50 del siglo pasado: John Aziz, (este estudio se realizó solo en las potencias
que intervinieron en conflictos Europeos)
"Una
revolución en el Imperio ruso que se estima que segó las vidas de 9 millones de
personas, dos guerras mundiales en las que murieron 81 millones de personas, y
la guerra civil de México, que mató a otros dos millones de personas, son los
puntos clave del crecimiento de la economía en los últimos años de la historia.
Pero no es así: el período de 1950-2012 es considerado el más exitoso para el
crecimiento del PIB mundial".
4-A)
Estudio del diario THE WEEK, jhon Aziz, refutando la idea de Cowen.
Para la humanidad, los
ciclos de guerra devastaron pueblos enteros, el despliegue económico y el daño
ambiental fueron consecuencias inconmensurables en cada uno de los encuentros bélicos
presentados en la joven historia de la humanidad. Los cierto es que todas y
cada una de las partes que intervinieron en conflictos internos y externos
sufrieron derivados desafortunados en materia social, económica y tecnológica
durante los años, días y décadas empleados en guerras que carecían de ideales
de bienestar general.
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4)
The Week, principal semanario de los Estados unidos, realizó
numerables estudios sobre como la paz de las naciones afectan de manera
positiva el desarrollo humano.
4- A) jhon Aziz, columnista de The Week,
escribiendo sobre La guerra y la modernización
5)
PIB: Sigla de producto
interior bruto, conjunto de los bienes y servicios producidos en un país
durante un espacio de tiempo, generalmente un año.
Esta
percepción básica de la interrelación entre guerra y sociedad lleva de modo
casi obligado a reconsiderar la teoría del conflicto, que se halla en su raíz.6 La
guerra ha venido siendo un modo extendido de resolver conflictos, pero no es el
único y llega el momento en el que se le empieza a considerar como ni siquiera
racional, sobre todo desde la aparición del armamento nuclear. La sociedad
humana ha vivido, vive y vivirá entre conflictos, pero éstos no han de ser
forzosamente resueltos por la fuerza de las armas. Desde las teorías que
consideraban la guerra como el elemento medular y vertebrador de la sociedad y
que alcanzaron extraordinario auge en el primer tercio del presente siglo,
hasta las que, como recuerda la Carta de las Naciones Unidas en sus primeras
líneas, pretenden preservar a la humanidad "del flagelo de la
guerra", se ha recorrido un largo camino en menos de medio siglo. La
percepción que la sociedad tiene de la guerra es otra relación inequívocamente
desigual cuando está concluyendo el siglo XX. Pocos líderes del pensamiento se
atreven a propugnar la guerra como un medio racional para alcanzar objetivos
sociales. A esto añade aun mayor complejidad el hecho de que la comunidad
internacional de naciones haya recurrido a la guerra para establecer el respeto
al derecho internacional, bajo los auspicios de Naciones Unidas, aunque sobre
esta evolución, todavía incipiente, se pueda ejercer una crítica razonada y
enérgica, basada en la falta de democracia y de legitimidad de muchos órganos
del sistema de la ONU, lo que la lleva, a veces, a aplicar distintos baremos de
actuación a problemas análogos.
Con este escrito, no
pretendo catalogar cada una de las guerras libradas como necesarias para el
desarrollo de la humanidad, pues sería decir que las muertes y la desolación de
muchas naciones son igual al progreso humano. Pero la historia muestra que cada
vez que finaliza un siclo de violencia, la raza humana experimenta cambios en
sus actitudes que permiten el restablecimiento de cada país y sentar de esa
manera un precedente de no
repetición a los errores cometidos. La historia retrospectiva, no puede ser
alterada, las confrontaciones libradas solo pueden ser vistas como conductas
ejemplares de lo que producen de parte y parte las guerras. Si bien, el hombre
en tiempos de guerra evoluciono a gran escala en materia tecnológica, no
hubiese sido posible la potencialización de cada una de esas herramientas si el
cese a las hostilidades y confrontaciones quedara establecido. El desarrollo de
la humanidad no solo puede ser medido en materia económica y tecnológica, la
estructura social, la cual es la que más sufre consecuencias en guerra, también
es eje principal del “Desarrollo”
y sin duda, la historia ha enseñado, que - para infortuna de las víctimas- las muertes del pasado, no pueden convertirse en bandera para lo prolongación de la guerra y generar más muertes en el futuro.
y sin duda, la historia ha enseñado, que - para infortuna de las víctimas- las muertes del pasado, no pueden convertirse en bandera para lo prolongación de la guerra y generar más muertes en el futuro.
Podría detenerme en cada
conflicto internacional, y analizar fecha a fecha el poder destructivo que
tiene la guerra para estructura social. En todos los casos, encontraremos
similitudes, aunque bien sabemos las condiciones de las guerras varían conforme
a objetivo. Pero en cada una de las naciones, en donde se sintió la guerra, sin
importar si al final fueron o no los vencedores de la pugna bélica, hay una
clara reflexión y un mensaje vehemente hacia patrias jóvenes que llevan en sus
costados conflictos regionales. Ningún
país, en ningún lugar del mundo, en ningún momento de la historia, llegó al
desarrollo con conflictos internos, todas las naciones llegaron a un progreso,
luego que acabaran con este.
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6)
Las
teorías económicas son la explicación más
popular del porqué la humanidad siempre está en guerra. Por más diferentes que
sean, sus autores -desde Platón hasta los politólogos contemporáneos- coinciden
en que una guerra, en primer lugar, es un intento de apoderarse de los mercados
y recursos naturales de otros países. Algunos de los ejemplos más cercanos son
Irak, Afganistán (un país extremadamente rico en cobre, oro, hierro, uranio y
torio), y Libia, de donde el coronel Muammar Gaddafi en su momento expulsó a
todas las compañías extranjeras que operaban en su territorio. La guerra es un
modo de redirigir la ira de la nación y distraer a la gente de los problemas
internos que tiene, como, por ejemplo, una crisis económica. En esos momentos
suelen llegar al poder personalidades con una voluntad muy firme y ambiciones
enormes, como Napoleón o Hitler, ya que el pueblo suele considerarlos como
personajes capaces de resolver sus problemas, según formularon en 1971 los
sociólogos estadounidenses Joan Dalgleish y Maurice Walsh. Una gran parte de
los analistas políticos contemporáneos explican con este motivo, por ejemplo,
la permanente retórica bélica por parte de Israel (sacudido por la crisis del
empleo), Irán (cuya situación es extremadamente vulnerable debido a las
sanciones internacionales en su contra) o Corea del Norte. Quintero
Díaz y Fonticiella Izquierdo: Consideraciones sobre el impacto de las guerras
en el medio ambiente. Lo que debe saber y enseñar el profesor de historia, en
Contribuciones a las Ciencias Sociales, junio 2011, www.eumed.net/rev/cccss/12/
En otras palabras, cuando
un conflicto se está gestando, son muchos los factores que entran en
decadencia, la justicia, el bienestar, el libre desarrollo de las juventudes,
oportunidades laborales, prestaciones dignas por el trabajo y de más elementos
que se pierden en épocas guerreristas. Desde el punto de vista
axiológico la enseñanza de la Historia permite la identificación de los educandos
con los éxitos del hombre en cualquier parte del mundo, sensibilizarlos y
animarlos en la lucha contra las injusticias que todavía se cometen. Subyace la
contribución a la formación de valores como justicia, patriotismo, solidaridad,
humanismo, defensa de la paz y de los derechos humanos, los cuales influyen en
el medio ambiente.
Hay un
momento en que Aureliano siente que solo está luchando por el valor
abstracto del poder. Trata otra vez de terminar la guerra, pero "no
imaginaba que era más fácil empezar una guerra que terminarla"
// cien años de soledad - Gabo // |
Las guerras siempre han
sido odiadas y condenadas por los pueblos a excepción de las justas y las de
liberación nacional. Los marxistas reconocen, por su carácter, dos tipos de
guerra: las injustas y las justas. Las guerras injustas son las que se para
mantener la política de las clases explotadoras, bloques dominantes; con el
propósito de aumentar su dominio y riquezas, por ejemplo las de conquista y
colonización y de expansión territorial y que estamos llamados a condenar. Las
guerras justas son las que emprenden los pueblos para librase de la opresión de
clases explotadoras o del dominio extranjero, por ejemplo las los pueblos por
su independencia
¿Y macondo?
En la obra ‘Cien años de soledad’ Gabriel García Márquez
da a conocer más detalles del pueblo ‘Macondo’ creación que ya había sido
mostrada al público en su obra la ‘Hojarasca’ y la cual no se preocupó por
darle una secuencia generacional en
cada una de sus historias
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