Análisis literario del cuento: “Sólo vine a habla por teléfono”
Por: WilliamBorja_
Negligencia y maldad. Análisis literario del cuento: “Sólo vine a habla por teléfono"Gabriel García Márquez
Negligencia y maldad. Análisis literario del cuento: “Sólo vine a habla por teléfono"Gabriel García Márquez
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| Literatumblr — “Solo vine a hablar por telefono” Tomada de Internet. Derechos de Autor. |
Introducción
Ya no resulta inverosímil referirse a la perfidia en el matrimonio, pues en estos tiempos de repleto de libertinajes, hedonismo y poligamia, la deslealtad dentro de la unión solemne entre dos personas, empieza a tornarse un hecho común.
Cabe resaltar en este preludio del análisis, que no todos los matrimonios son concebidos por las fuerzas emocionales del amor y por ello cada vez son más las aberraciones que se observan al interior de él (del Matrimonio). Gabriel García Márquez, en su libro “Doce cuentos peregrinos” dejó consagradas algunas historias sobre las cosas peculiares que les pasan a los latinos en Europa. En esta ocasión, “solo vine hablar por teléfono” no solo deja al oyente lírico la imagen de un mal procedimiento por parte de las entidades médicas -elemento que es en esencia la tesis del cuento - sino, que además, pareciera reflejar el comportamiento de una pareja de esposos anormales. Quienes asediados por la desconfianza y el odio, cometen lo que sería una de las injusticas más graves dentro del mundo de fantasía y realidad de Gabo.
Con aquella ingenuidad que rebosaba los muros del tenebroso edificio donde fue retenida. María Luz, acude a donde naturalmente debería haber encontrado, al mejor estilo de los cuentos de hadas y princesas, un escudero quien debería haber corrido por su doncella y consumar de esa manera las heridas del pasado. Pero por el contrario, lo que García Márquez presenta es un esposo sitiado por la venganza, el enojo y la incapacidad de perdonar, pues entregó a la desdicha y soledad a la mujer que decidió cuidar y proteger.
De manera constante se evidencia que lo único que deseaba la mujer era comunicarse con su esposo y avisarle que no podría llegar a cumplir con sus compromisos, pero entre la angustia y desesperación terminó en un sitio no esperado donde por equivocación la confundieron con una demente. Circunstancia que nunca logro supera.
El mundo de referencia, nos ubica en un centro de rehabilitación, y si bien podemos inferir que los sanatorios son lugares que proyectan abusos contra la personalidad y moral de sus pacientes.
Además, En el cuento se representa el símbolo de una persona fuerte, sin sentimientos, ni escrúpulos que se encarga de controlar y manipular a las personas que en algunas ocasiones desean superarse o que simplemente pierden el control de su actos, la guardiana posee un significado de miedo, pánico y terror para las personas de su alrededor pues con su dureza y amargura que la caracteriza comente injusticias y atropellos.
La demencia de esta mujer a lo largo de la obra de García Márquez se muestra irracionalmente argumentada, basada en hechos subjetivos que bien se podrían desarrollar en un ambiente médico real, o en diferentes medios sociales donde se juzga a priori el comportamiento humano, sin hacer un verdadero análisis psiquiátrico. Es ahí, en este último punto donde quisiéramos detenernos, pues¿son los análisis siquiátricos capaces de determinar los desórdenes mentales de un ser humano o todo se queda en la subjetividad del médico? pues obvio todo tiene que someterse a exámenes.. aquí no. Para esto tendremos que desglosar ampliamente el estatuto conceptual de lo que erróneamente se denomina “locura” y de esta forma, a través del tiempo, poder confeccionar el fin primordial de su estado y la subjetividad de su deducción.
LOCURA
Desde el principio de su muy vaga deducción, la locura fue concebida como parte de un castigo divino, implementado bajo una influencia fuertemente marcada de lo demoníaco, es decir, por efecto del pecado o de la posesión directa del demonio los cambios comportamentales de un sujeto tendrían una explicación, sin embargo, esta se develaba dentro de un margen muy religioso. Luego de muchos años, el camino del análisis del comportamiento humano tomaría un rumbo dictaminado mucho más por el corte científico y racional que traería el siglo de la Ilustración, así pues, el ser con patrones de comportamiento mentales distintos se establecería como un “alienado”, sin embargo la aparición del psicoanálisis abre más los mundos posibles del microcosmos mental y establece una serie de parámetros evaluables que no solo comprometen la parte mística y la orgánica del sujeto sino ahora también la procedimental y, en efecto, la contextual.
Y es precisamente el contexto el que lleva el peso de la subjetividad en un análisis que no puede establecer sino deducir a partir de lo ya conocido. Por eso María se mantiene siempre mutilada mentalmente, es decir, ella, en su condición de sana, no puede consolidar la validez de sus argumentos en un contexto establecido por el sanatorio mental, donde cualquier comportamiento va a tener una connotación patológica.
No obstante este peso subjetivo hace el principio analítico tan volátil que bien tiene José Begel en afirmar:
“El enfermo mental no es un desadaptado de la sociedad, sino un adaptado a las condiciones alienadas de la sociedad”, Esto sólo quiere decir algo: el “Loco” no es un enfermo por sí solo, es un enfermo porque existe una sociedad que mantiene una realidad diversa a la suya.
Lo anterior implica evidentemente en el cuento de García Márquez una fuerte relación con el carácter de impotencia que, gradualmente en la historia del psicoanálisis, se fue enmarcando hasta el día de hoy como uno de los cinco rasgos más importantes en las relaciones afectivas del paciente psiquiátrico junto con la ansiedad, la culpabilidad, la soledad y la agresividad.
En pocas palabras, el texto, mediante una utilización discursiva bastante estética, nos muestra una disgregación continua de la fatalidad de la suerte, la imposibilidad de una solución que ya carece de sentido, un “efecto dominó” que asimila el texto como el derrumbamiento total de la protagonista hacia los brazos fieles de la locura. Esto se dictamina excelentemente mediante el manejo de una estructura muy realista del cuento, puesto que el autor plasma una situación muy posible, ya que, por regla habitual, los terapeutas de conducta, por lo general psicólogos, no se preocupan directamente de las fuerzas psíquicas subyacentes, sino que se centran en la conducta externa, observable, que causa malestar a sus clientes; no valoran ni buscan significados ocultos, sino que se centran en los fenómenos observables que pueden ser medidos. Sobre la base de este análisis de conducta, formulan hipótesis sobre las circunstancias que, a su parecer, mantienen la conducta no deseada y a continuación, tratan de alterar estas circunstancias una por una, observando si así cambia la conducta del sujeto.
María de la Luz Cervantes, la protagonista de nuestro cuento, se encuentra con una serie de eventos desafortunados que hacen de su historia, un mundo de situaciones sin salida compuesta por una gran confección en la progresión temática como también en la dosis de fantasía existente, es decir, algo totalmente increíble, pero posible; que se establece como real.
Por otro lado, encontramos algunas relaciones intertextuales que se pueden establecer entre el cuento de nuestro análisis y la obra cinematográfica llamada “El sustituto”. Esta película estrenada en junio del presente año y dirigida por Clint Eastwood, nos narra la dramática historia de Christine Collins quien, después de la desaparición de su hijo en la ciudad de los Ángeles en el año de 1920, es manipulada políticamente e internada por orden de la policía en un hospital psiquiátrico. Allí, con el fin de callar su demanda y ocultar la verdad del caso, la catalogan como loca y la someten a una serie de abusos (sobredosis - electroshocks - baños a presión, etc.), esto no solo la lleva a emprender una ardua lucha contra la justicia, sino a su vez, se ve en la obligación de combatir la manipulación mental que tanto la ley como la medicina estaban ejerciendo sobre ella.
Ya no resulta inverosímil referirse a la perfidia en el matrimonio, pues en estos tiempos de repleto de libertinajes, hedonismo y poligamia, la deslealtad dentro de la unión solemne entre dos personas, empieza a tornarse un hecho común.
Cabe resaltar en este preludio del análisis, que no todos los matrimonios son concebidos por las fuerzas emocionales del amor y por ello cada vez son más las aberraciones que se observan al interior de él (del Matrimonio). Gabriel García Márquez, en su libro “Doce cuentos peregrinos” dejó consagradas algunas historias sobre las cosas peculiares que les pasan a los latinos en Europa. En esta ocasión, “solo vine hablar por teléfono” no solo deja al oyente lírico la imagen de un mal procedimiento por parte de las entidades médicas -elemento que es en esencia la tesis del cuento - sino, que además, pareciera reflejar el comportamiento de una pareja de esposos anormales. Quienes asediados por la desconfianza y el odio, cometen lo que sería una de las injusticas más graves dentro del mundo de fantasía y realidad de Gabo.
Con aquella ingenuidad que rebosaba los muros del tenebroso edificio donde fue retenida. María Luz, acude a donde naturalmente debería haber encontrado, al mejor estilo de los cuentos de hadas y princesas, un escudero quien debería haber corrido por su doncella y consumar de esa manera las heridas del pasado. Pero por el contrario, lo que García Márquez presenta es un esposo sitiado por la venganza, el enojo y la incapacidad de perdonar, pues entregó a la desdicha y soledad a la mujer que decidió cuidar y proteger.
De manera constante se evidencia que lo único que deseaba la mujer era comunicarse con su esposo y avisarle que no podría llegar a cumplir con sus compromisos, pero entre la angustia y desesperación terminó en un sitio no esperado donde por equivocación la confundieron con una demente. Circunstancia que nunca logro supera.
El mundo de referencia, nos ubica en un centro de rehabilitación, y si bien podemos inferir que los sanatorios son lugares que proyectan abusos contra la personalidad y moral de sus pacientes.
Además, En el cuento se representa el símbolo de una persona fuerte, sin sentimientos, ni escrúpulos que se encarga de controlar y manipular a las personas que en algunas ocasiones desean superarse o que simplemente pierden el control de su actos, la guardiana posee un significado de miedo, pánico y terror para las personas de su alrededor pues con su dureza y amargura que la caracteriza comente injusticias y atropellos.
La demencia de esta mujer a lo largo de la obra de García Márquez se muestra irracionalmente argumentada, basada en hechos subjetivos que bien se podrían desarrollar en un ambiente médico real, o en diferentes medios sociales donde se juzga a priori el comportamiento humano, sin hacer un verdadero análisis psiquiátrico. Es ahí, en este último punto donde quisiéramos detenernos, pues¿son los análisis siquiátricos capaces de determinar los desórdenes mentales de un ser humano o todo se queda en la subjetividad del médico? pues obvio todo tiene que someterse a exámenes.. aquí no. Para esto tendremos que desglosar ampliamente el estatuto conceptual de lo que erróneamente se denomina “locura” y de esta forma, a través del tiempo, poder confeccionar el fin primordial de su estado y la subjetividad de su deducción.
LOCURA
Desde el principio de su muy vaga deducción, la locura fue concebida como parte de un castigo divino, implementado bajo una influencia fuertemente marcada de lo demoníaco, es decir, por efecto del pecado o de la posesión directa del demonio los cambios comportamentales de un sujeto tendrían una explicación, sin embargo, esta se develaba dentro de un margen muy religioso. Luego de muchos años, el camino del análisis del comportamiento humano tomaría un rumbo dictaminado mucho más por el corte científico y racional que traería el siglo de la Ilustración, así pues, el ser con patrones de comportamiento mentales distintos se establecería como un “alienado”, sin embargo la aparición del psicoanálisis abre más los mundos posibles del microcosmos mental y establece una serie de parámetros evaluables que no solo comprometen la parte mística y la orgánica del sujeto sino ahora también la procedimental y, en efecto, la contextual.
Y es precisamente el contexto el que lleva el peso de la subjetividad en un análisis que no puede establecer sino deducir a partir de lo ya conocido. Por eso María se mantiene siempre mutilada mentalmente, es decir, ella, en su condición de sana, no puede consolidar la validez de sus argumentos en un contexto establecido por el sanatorio mental, donde cualquier comportamiento va a tener una connotación patológica.
No obstante este peso subjetivo hace el principio analítico tan volátil que bien tiene José Begel en afirmar:
“El enfermo mental no es un desadaptado de la sociedad, sino un adaptado a las condiciones alienadas de la sociedad”, Esto sólo quiere decir algo: el “Loco” no es un enfermo por sí solo, es un enfermo porque existe una sociedad que mantiene una realidad diversa a la suya.
Lo anterior implica evidentemente en el cuento de García Márquez una fuerte relación con el carácter de impotencia que, gradualmente en la historia del psicoanálisis, se fue enmarcando hasta el día de hoy como uno de los cinco rasgos más importantes en las relaciones afectivas del paciente psiquiátrico junto con la ansiedad, la culpabilidad, la soledad y la agresividad.
En pocas palabras, el texto, mediante una utilización discursiva bastante estética, nos muestra una disgregación continua de la fatalidad de la suerte, la imposibilidad de una solución que ya carece de sentido, un “efecto dominó” que asimila el texto como el derrumbamiento total de la protagonista hacia los brazos fieles de la locura. Esto se dictamina excelentemente mediante el manejo de una estructura muy realista del cuento, puesto que el autor plasma una situación muy posible, ya que, por regla habitual, los terapeutas de conducta, por lo general psicólogos, no se preocupan directamente de las fuerzas psíquicas subyacentes, sino que se centran en la conducta externa, observable, que causa malestar a sus clientes; no valoran ni buscan significados ocultos, sino que se centran en los fenómenos observables que pueden ser medidos. Sobre la base de este análisis de conducta, formulan hipótesis sobre las circunstancias que, a su parecer, mantienen la conducta no deseada y a continuación, tratan de alterar estas circunstancias una por una, observando si así cambia la conducta del sujeto.
María de la Luz Cervantes, la protagonista de nuestro cuento, se encuentra con una serie de eventos desafortunados que hacen de su historia, un mundo de situaciones sin salida compuesta por una gran confección en la progresión temática como también en la dosis de fantasía existente, es decir, algo totalmente increíble, pero posible; que se establece como real.
Por otro lado, encontramos algunas relaciones intertextuales que se pueden establecer entre el cuento de nuestro análisis y la obra cinematográfica llamada “El sustituto”. Esta película estrenada en junio del presente año y dirigida por Clint Eastwood, nos narra la dramática historia de Christine Collins quien, después de la desaparición de su hijo en la ciudad de los Ángeles en el año de 1920, es manipulada políticamente e internada por orden de la policía en un hospital psiquiátrico. Allí, con el fin de callar su demanda y ocultar la verdad del caso, la catalogan como loca y la someten a una serie de abusos (sobredosis - electroshocks - baños a presión, etc.), esto no solo la lleva a emprender una ardua lucha contra la justicia, sino a su vez, se ve en la obligación de combatir la manipulación mental que tanto la ley como la medicina estaban ejerciendo sobre ella.

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