Columna | Ayer me leí Utopia de Moro
WILLIAM BORJA
Es ineluctable
no sentirse lacerado con nuestra realidad. Los derechos a diario son pisoteados
por quienes deberían velar por ellos y la esperanza de cambio no se vislumbra,
mientras no se replanteen los proyectos de crecimiento para un desarrollo equitativo.
Cambiar
de rumbo es posible, y todo está al alcance de una decisión, hoy el mundo
voltea sus ojos ante los modelos de educación proyectando en ella los valores
de crecimiento económico, la educación ha pasado de ser todo un privilegio,
para ubicarse como derecho fundamental de la humanidad, tomando prioridad para
en las agendas de los jefes de Estado.
Las
ventajas a las que nos acerca la educación son: La educación, además de
preparar mejor a las personas para que trabajen y creen valor agregado, hace la
sociedad más culta, más responsable, lo cual lleva a solucionar graves problemas
como las excesiva burocracia, la corrupción y otros tantos males propios de una
sociedad adormecida por la ignorancia y la creencia de que será difícil hacer
las cosas de una forma diferente a como siempre se ha hecho.
‘La Suciedad’
Es
tanta la descomposición, que solo en lo inalcanzable como la utopía, se refugia
el autor para hallarle solución a los problemas que fracturan cualquier Estado.
Estamos dirigidos a un caos sin retorno y a menos que se establezcan parámetros
reales que regulen la moral la sociedad se verá inmersa cada día más en
patrones ejemplares que diagnostiquen en todo momento su enfermedad terminal.
Los
problemas a los que pensamos se refiere Moro, son alineados fácilmente a la
realidad de cualquier país, que sin estigmatizar el continente o ubicación
geográfica en la zona puede entenderse, como la justicia, la equidad y el buen
gobierno, son principios, que han
quedado a la memoria de quienes ya no
están entre nosotros. Una sociedad que
sin también, no es víctima y por el interés de poco se desangra así misma.
Sin
embargo Moro, promete un futuro más alentador, al exponer su idea de sociedad
nos lleva a inferir que no solo hubo un cambio en sus dirigentes, hubo un
cambio en el pueblo, que se mostró así mismo, como una sociedad educada
Consecuencias de la educación:
También
podemos ver un planteamiento de sociedad integra, como la que podemos observar
en utopía, en el cual todos tienen una relación ya sea directa o indirecta, y
dependen unos de otros, sin generar un vacío, que se obtiene gracias a que no
se dan acciones como la de fallar en sus deberes, al tener un deseo ciego de
obtener y poseer bienes materiales. Como también vemos la otra cara de la
moneda en la cual por desgracia para la sociedad, es la que en realidad vivimos
hoy en día y se podía observar en esa época, como la sociedad se dejó
corromper, por la codicia y las ansias de poder y riquezas de su gobernantes,
en la cual no prima el bien de la esta, "la sociedad existe para el
beneficio de sus miembros, no los miembros para el beneficio de la
sociedad", sin pensar en la
sociedad en general, lo cual muestra el lado oscura de esta moneda, que notamos
es la que continua siendo la que maneja los hilos aun en la sociedad actual.
El sueño de los ultrajados, un gobierno digno para todos.
El
análisis de esta historia nos hace entrar en contacto continuo con la realidad
política, económica y demás temas relacionados con los compromisos de un buen
gobierno. En la historia, y según la guía para lo poética, encontramos un mundo
de referencia, que toma lugar en la sociedad pero que es el gobierno quien
propicia el ambiente perfecto de libre desarrollo del individuo, tanto con su
entorno, como con quienes lo rodean.
Moro, plantea una idea de lo que es posible con una
gestión objetiva e imparcial dentro de los dirigentes
. MODELO DE GOBIERNO UTÓPICO
El hablante lírico nos cuenta sobre
su experiencia en una visita que realizó a esta nación, donde pudo observar la
cultura y la forma de vida de sus pobladores. Aquel turista relata con gran
asombro la manera de hacer gobierno allí, hablando de un sistema de democracia
sencillo que no requiere de maquinarias políticas ni campañas ostentosas llenas
de falsas promesas. La máxima figura de autoridad es el príncipe, que año tras
año es elegida por voto popular, seguido de los magistrados Traniboros y posteriormente
los magistrados Sifograntos, quienes representan a los ciudadanos y cumplen
funciones de regular las leyes y normas de convivencia, y velar por el
bienestar colectivo de estos, todas estas figuras provienen del pueblo.
Para este país ganar una guerra a
costas de sangre y muertos es tormentoso, son embajadores de paz y basados en
esto es que siempre tratan de solucionar sus conflictos, aquí la solidaridad es
un principio intrínseco de todo individuo, la ayuda entre las diferentes
ciudades cuando lo necesitan es una muestra de ello. En Utopía el matrimonio es
tomado como una institución no solo sagrada, sino inquebrantable, donde no es
permitido el divorcio excepto en casos de infidelidad conyugal.
Los horarios laborales son cortos pero más productivos que uno de un día
entero, el tiempo libre no es desperdiciado sino que por el contrario se emplea
en el enriquecimiento intelectual, los ancianos son personas honradas y
exaltadas por su sabiduría, experiencia y longevidad. En las ciudades las calles
son sumamente amplias y las actividades de caza o sacrificio de animales para
su posterior consumo son realizados por los esclavos a las afueras de estas.
Aquí la esclavitud no tiene nada que ver con el color de piel, por el
contrario, es un castigo para todo aquel que un acto de osadía haya infringido
la ley, la duración de este depende del delito cometido. Todo negocio realizado
en Utopía se hace ante la luz de los magistrados, esto con el fin de evitar
posteriormente conflictos y malos entendidos entre las partes.
En utopía cada quien tiene lo que
necesita, a nadie le falta nada, a nadie le sobra nada. Aquí es una falta de
modales no comer en los comedores públicos y quedarse en casa, las relaciones
entre los individuos son excelentes y ningún diplomático ni mucho menos el
príncipe se jacta de su posición, todos son iguales.
Comentarios
Publicar un comentario